sábado, 15 de enero de 2011

FUTURO INCIERTO PARA LOS DEPORTISTAS DE ELITE RETIRADOS

Buscando temáticas para publicar en el blog, me encontré con la autobiografía de la ex-gimnasta Tania Lamarca "Lágrimas por una medalla". No he tenido oportunidad de leer el libro, pero su resumen me hace reflexionar en varios sentidos.

Los que practicamos deporte por afición, quizá no somos conscientes de que para muchos deportistas se trata de una profesión, es decir, viven de ello y le dedican una jornada laboral. Para un país, del mismo modo, que son necesarios controladores, informáticos, banqueros, funcionarios, etc... la cantera deportiva proporciona prestigio a un país. Sin embargo, la carrera profesional de estos deportistas, calificados por el BOE como "deportistas de élite", por causas naturales del paso del tiempo, es muy corta. ¿Qué responsabilidad tiene el Estado o que facilidades presta cuando esa vida deportiva termina?

Normalmente, si pensamos en futbolistas, sin duda alguna, nos imaginamos inversiones inmobiliarias, empresas, contratos, publicitarios... sin embargo, la lista de deportistas de élite es muy amplia y de disciplinas diversas tanto olímpicas como no, que sobreviven con becas y programas específicos que nada tienen que ver con los contratos multimillonarios de los futbolistas mega star. Es decir, por las justas les da para pagar sus gastos, y mucho menos para hacer inversiones.

¿Qué ocurre con todos ellos cuando no consiguen resultados? ¿cuando ya no cumplen las condiciones físicas necesarias? ¿y si tienen alguna lesión que les aparta de la vida deportiva? ¿cuando esas becas se terminan y no han cotizado jamás a la Seguridad Social? Existen programas cuando se produce la retirada que intentan formarlos para que tengan mayores facilidades de acceso a la vida laboral, sin embargo, las convocatorias no son numerosas y tienen el acceso muy limitado e incluso restringido.

Cada caso supongo que es particular pero, es cierto, que reclamaciones de amparo deportivo son muy pocas las que se oyen, se trata de quejas aisladas las que se hacen públicas, aunque es un tema común y persistente en los corrillos de cualquier evento deportivo. 

Aquellos deportistas que se ganan sus puestos en las Federaciones tras sus triunfos, podían valorar este tipo de medidas en lugar de traficar con sustancias dopantes: Asegurar un futuro y carrera profesional a los deportistas supondría una motivación mayor para los deportistas vocacionales que dejan parte de su vida por un futuro incierto.

En países como Italia, los deportistas de élite pasan a formar parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado automáticamente, con la intención de conciliar deporte y profesión, y al mismo tiempo, prestar un servicio público a la sociedad.

Recomiendo leer el artículo de Mª José Alamillos, ¿Qué hacer tras el retiro? trata sobre este tema y reclama medidas a priori, tanto por parte de las Federaciones como por motivación del propio deportista.

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